Revisitando Los Simpson. Octava temporada

diciembre 10, 2022


 
Y llegamos a la experimental octava temporada en nuestro repaso cronológico de Los Simpson en Joróbate Flanders (I, II, III, IV, V, VI, y VII) ,

1993. Mientras España vivía una de las campañas electorales más reñidas de su historia y Jurassic Park arrasaba en taquilla pese a la primera huelga de actores de doblaje, en EEUU se despedía tras 11 temporadas una de las sitcom más populares de la historia, Cheers.



En su lugar, la NBC optaría por una estrategia habitual en esos años (a lo que volveremos más tarde) que era la de dar un spin off a algún personaje de la serie anterior. En este caso, Frasier Crane, el snob psiquiatra al que interpretó Kelsey Grammer desde la tercera temporada.

Llegando a igualar su número de temporadas, Frasier se convirtió en una serie tan o más aclamada que su antecesora, gracias al carisma de personajes como su hermano Niles (David Hyde Pierce) aún más estirado que él, y su padre Martin (John Mahoney) policía jubilado, así como Daphne, enfermera de este último con quien Niles acaba contrayendo matrimonio tras separarse de Maris, a la que jamás llegamos a ver.



A estas alturas os preguntaréis qué tiene que ver todo esto con Los Simpson. Tras 4 años de aquel estreno y después de 6 temporadas de cameos de Grammer como el malvado Actor Secundario Bob (solo había dejado de salir en la T2 y 4), el equipo de la serie quiso homenajear su otro gran personaje con la aparición de un hermano, Cecil Terwilliger, que estaría interpretado por Hyde Pierce, algo que se supo respetar en el doblaje español (José Padilla, voz también del director Seymour Skinner) . 


Con un gran resentimiento por haber sido Bob actor del programa de Krusty en su lugar (y ansia por enriquecerse), "El hermano de la otra serie" supondría por fin la redención del archienemigo de Bart ante esta nueva amenaza para Springfield...al menos hasta que el jefe de policía Clancy Wiggum volvió a encarcelarle injustamente.



Pero este no sería el único capítulo de esta T8 de Los Simpson (última con Bill Oakley y Josh Weinstein como showrunners) que tuvo este aire como de fin de una era. 

En este 1997, se convertiría en la más longeva producción animada del prime time superando a los Picapiedra, y se rindió homenaje a esta fecha con el más metarreferencial episodio que haya tenido la serie: "El show de Rasca, Pica y Poochie", donde, tras un bajón de audiencia, un nuevo personaje perruno (al que dobla el propio Homer) en la violenta serie del programa de Krusty el payaso resulta demasiado "noventero" para gustar al público.

Con caricaturas de diversos guionistas de la serie trabajando para el temible productor Roger Meyers Jr. (Alex Rocco) , esto era una respuesta a las presiones que tenía el equipo por parte de Fox para incluir a un nuevo miembro en la familia de Evergreen Terrace, incluyéndose a su vez a Roy, un misterioso adolescente que de repente vive con los Simpson y, tras apenas 2 ó 3 frases cortas en el episodio, se marcha para siempre tras encontrar piso.



Esta especie de miedo al futuro también se pone de manifiesto en "las series secuela de Los Simpson", donde Troy McClure, ejerciendo una vez más de maestro de ceremonias, nos explica desde el museo de la televisión de Springfield que Fox había decidido aprobar diferentes sitcoms de la serie para rellenar una parrilla literalmente vacía, con solo esta, Expediente X y Melrose Place.

Así, vemos a Skinner y Clancy Wiggum como detectives privados en New Orleans (a la vez que ya se nos adelanta cierto controvertido giro de guión para el futuro) , un fallecido Abe Simpson reencarnado en la clásica máquina de test amoroso del tabernero Moe Szyslack, o una peculiar comedia musical con invitados especiales (de nuevo, homenaje a una sitcom clásica, en este caso La tribu de los Brady y el programa presentado por el reparto de la misma, "The Brady Bunch Hour") donde Lisa es sustituida de forma muy poco convincente tras rechazar actuar en el espectáculo.



Y, sobre todo, esta fue una temporada que se caracterizó por romper hasta el límite el status quo de la serie, con una gran profundización en el desarrollo de diversos personajes secundarios. 

De esta forma, vimos el divorcio de Kirk y Luann Van Houten ("Milhouse dividido"), los sueños frustrados de Moe como boxeador ("Más Homerserá la caida", con Paul Winfield doblando a Lucius Sweet, obvia parodia del promotor Don King, al que menciona el propio guión) o como las llamadas continuas de Ned Flanders desencantaron con la religión al reverendo Timothy Lovejoy ("En Marge confiamos", que presentó a su vez al alter ego japonés de Homer Simpson, "mr.Crocket", parodia de la siempre estrambótica publicidad del país nipón) .


También el vecino de la familia Simpson tendría su cuota de protagonismo en "Huracán Neddy" donde vemos el origen de su carácter eternamente amable después de enfurecerse hasta la locura por la destrucción de su casa por el huracán Barbara y la fallida reconstrucción por parte de los habitantes de Springfield.




Y no hay que olvidar al millonario dueño de la central nuclear Montgomery Burns, que se quedaría atrapado en un alud de nieve junto a Homer Simpson ("La montaña de la locura") y después se arruinaría por una serie de anticuadas inversiones de las que Waylon Smithers y sus abogados no se atrevían a avisarle por miedo, enseñándole Lisa a volver a recuperar su fortuna a través del reciclaje. 

"El viejo y Lisa" (que incluye un ingenioso running gag donde se nos revela que Lenny Leonard es el nuevo CEO de la central aún más tiránico que Burns, sin que lleguemos a verle nunca ejercer como tal) acabaría con uno de los finales más divertidos de la historia de la serie, con Lisa rechazando su parte de los beneficios al ver que el empresario, como tanto le avisa su familia, no cambiaría nunca.



Otro memorable episodio protagonizado por Monty fue "Quema, bebé Burns" donde el excéntrico autoestopista al que recoge Homer a la vuelta de una aburrida visita a una sidrería (Rodney Dangerfield) resulta ser el hijo ilegítimo de su jefe, que no es capaz de aceptar su peculiar y amable forma de ser, por lo que, después de fingir un secuestro junto a Homer (que entabla una gran amistad con él) decide volver con su familia tras una fiesta de despedida literalmente surgida de la nada con todos los personajes que aparecen durante el episodio.



Y por último (no por ello menos importante, sino al contrario) , en esta T8 es donde, conmovido por un programa de Kent Brockman, Burns contrata para variar a un empleado competente en la central nuclear, alguien que, tras una vida de mucho trabajo y sufrimiento, había conseguido un título de física.

Esto nos lleva al episodio de humor más negro de toda la serie, "El enemigo de Homer", donde Frank Grimes (quizá el único personaje normal que tenga Los Simpson junto al Superintendente Gary Chalmers) ve con impotencia como Homer tiene una vida cómoda y hasta conoce a personajes célebres pese a su total vagancia e ineptitud, lo que finalmente le lleva a su muerte.



Por último, mencionar el que posiblemente sea mi episodio preferido de Los Simpson. "Los Expedientes Springfield", con cameos de David Duchovny y Gillian Anderson como los agentes del FBI Fox Mulder y Lana Scully de la ya mencionada Expediente X, que investigan el supuesto avistamiento de un extraterrestre por parte de Homer tras una de sus borracheras, quien resulta ser nada menos que... Burns, tras un doloroso tratamiento semanal de longevidad.

Quizá no sea el más memorable o el que tenga el argumento más desarrollado, pero sí con el que más me río, y a veces solo pido eso.



Como siempre, podéis comentar estos, y otros episodios de la T8 que me haya dejado en el tintero, en los comentarios. Próximamente, la novena temporada.

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