Revisitando Los Simpson. El show de Rasca, Pica y Poochie

mayo 01, 2020






Para una generación como la nuestra que conoció la serie por la decepcionante película familiar protagonizada por John Goodman y Rick Moranis,  puede costar creer lo que voy a decir, pero una vez Los Picapiedra fue una serie dirigida a un público adulto que en EEUU se emitía en prime time. 

De esta forma, Pedro Picapiedra y su esposa Vilma fueron el primer matrimonio animado al que veíamos hablar en la cama, por ejemplo, así como un capítulo dedicado a la compleja adopción por parte de Pablo y Betty Mármol del bebé Bam-Bam al no poder concebir, e incluso se usó a los personajes para anunciar tabaco.

Con el tiempo, las tramas se fueron volviendo más infantiles (abandonando ese cierto "realismo" dentro de aquella imposible edad de piedra con tecnología de los años 60 donde se celebraba la Navidad antes del nacimiento de Jesús) considerándose como punto de inflexión la inclusión de Gazoo, extraterrestre al que solo veía Pedro.






Demos ahora un salto en el tiempo hasta el 9 de febrero de 1997. En aquel día donde por última vez Espanyol y FC Barcelona disputarían un derby en el mítico Sarriá , Los Simpson superarían a Los Picapiedra en número de episodios consecutivos emitidos en prime time de una serie de animación. Como ya hemos visto antes, la octava temporada se vio inevitablemente marcada por esta histórica efeméride.

Y en este aire crepuscular, de reflexión metarreferencial, la violenta parodia de la otra legendaria producción de William Hanna y Joseph Barbera se convertiría en una proyección de los propios Simpson y lo que le rodea, en un episodio escrito por David X. Cohen.






A priori, este con el que empieza la historia no parece diferente de tantos y tantos cortos donde el ratón Pica asesina de una manera cruel al gato Rasca. Pero hay una diferencia fundamental por primera vez y que de hecho ya no se volvería a repetir: no hay nadie delante del televisor del 742 de Evergreen Terrace para sorpresa de Marge Simpson. 

Un año después de que la celebración del 75 aniversario casi acabara con la serie, Rasca y Pica está en mínimos de audiencia, lo que está perjudicando al show de Krusty. El payaso, furioso por esto, recibe en su despacho al CEO de I&S Studios Roger Meyers Jr (último cameo de Alex Rocco en la serie) al que da un ultimatum: si la situación no mejora, sustituirá la serie por anime.






Días más tarde, Bart, Lisa, Milhouse Van Houten, Nelson Muntz, Ralph Wiggum y una niña random asisten a un estudio de mercado donde ven varios cortos y se les pregunta sobre posibles cambios en Rasca y Pica. Las contradictorias respuestas empiezan a desesperar a Meyers, y la siempre sensata Lisa le explica que, aunque les sigue gustando la serie, ha perdido inevitablemente el impacto que antes tenía.

El comentario de la hija mediana de Homer y Lisa es malinterpretado por el productor, que junto a Krusty y Lindsay Neagle (que hace así su debut en la serie, en este caso como representante de Channel 6) exige a los guionistas (caricaturas de Mike Scully o Ian Maxtone-Graham entre otros) la creación de un nuevo personaje: el perro Poochie, sin más leitmotiv que el de ser un producto "de los 90". Esto es, gafas de sol, rap, tabla de surf y forma de hablar "moderna".

Previamente había sido descartada la idea de que Poochie fuese impopular por ser un odioso multimillonario que explotaba a Rasca y Pica. Un personaje que, por el fragmento de guión que años después leería Cohen en el correspondiente audiocomentario de la T8 en DVD, casi recordaba a Chocu, la ácida parodia tuitera de la mascota de Choco Krispies.






La noticia, que aparece en El comprador de Springfield, es recibida con cierto desdén por Bart y sobre todo Lisa (consciente de los intereses mercantilistas que rodean a la idea) sugiriendo no obstante a Homer que se presente al casting de doblaje al considerar que tiene una voz graciosa. Esta, de nuevo, seria una escena familiar más de no ser por una "sutil" diferencia.





2 temporadas antes, se estrenó La casa árbol del terror V, posiblemente el episodio más gore de la historia de Los Simpson. En el segundo segmento (como si de un proto-Rick y Morty se tratara) Homer visita diversos universos paralelos a cual más peculiar. Al parecer, una escena eliminada habría implicado a un nuevo hijo adolescente, y este personaje se recupera aquí como Roy, un joven que de repente vive sin ningún contexto con la familia Simpson. Un personaje con un sospechoso parecido al mismo Poochie.




Tras un nuevo divertido cameo de Phil Hartman como Troy McClure (que está a punto de ser elegido) Homer hace una decepcionante audición y es rechazado por Meyers. Sin embargo, queda deslumbrado ante uno de sus típicos sarcasmos (conocidos en el guión de la serie como "voz de hada feliz") y finalmente le da el papel.




Homer y June Bellamy (actriz que dobla tanto a Rasca como a Pica, si bien hasta entonces solo se había visto en una ocasión hablar a estos personajes) son enviados a un acto de promoción en la tienda de comics de Jeff Albertson "La mazmorra del androide", donde reciben todo tipo de absurdas preguntas (con reaparición de los amigos empollones de Homer) quedando claro que el fandom tampoco iba a salir indemne de este ejercicio de autocrítica metatelevisiva.





Un gran número de ciudadanos de Springfield se reúne en casa de los Simpson para ver "El can ha llegado" el primer episodio de la nueva "Rasca, Pica y Poochie". Para decepción general, solo se nos muestra lo mucho que nos debe molar el perro rapero sin que ocurra nada más, pese a que están cerca de una fábrica de fuegos artificiales.




Aunque a Bart tampoco le gusta, defiende la serie ante un Jeff al que solo es capaz decir "Worst. Episode. Ever" ante sus acertados argumentos. La que en adelante se convertiría en la frase recurrente de Comic book guy se escribió en alt.tv.Simpsons, el más antiguo grupo de noticias de la serie (¡aún existe!) nada menos que en 1992. Este episodio era Rasca y Pica la película.




Mientras Homer intenta que sean escuchadas sus ideas para reflotar la serie (que básicamente lo que harían sería reforzar los defectos que ya tiene el personaje en primer lugar) se entera con gran enfado de que Meyers ha decidido que Poochie morirá definitivamente en el siguiente episodio y (no sin llamar despectivamente "nuevo" a Roy tras quejarse de que se rechace a Poochie por ser el nuevo) se niega a leer el guión. Tras amenazar Bellamy con dejar la serie, finalmente permite que Homer dé un emotivo discurso de disculpa a los fans.




Una vez más, la familia Simpson se disponen a ver al "nuevo Poochie". Pero resulta que en el último momento Meyers lo ha modificado haciendo que el perro viaje de vuelta a su planeta falleciendo por el camino. Rasca y Pica vuelve a la normalidad y, cerrando el círculo, Roy encuentra piso abandonando Evergreen Terrace. Con otro comentario de Lisa dirigido al espectador, "debemos estar agradecidos por tener una serie así desde hace tantos años", termina el episodio.

Aunque no soy de los que por sistema detestan los "capítulos nuevos" (coletilla que se aplica a cualquier temporada que esté doblada por Carlos Ysbert aunque los más antiguos ya tengan 19 años) Los Simpson hoy en día se ha vuelto una serie más irregular, y los cameos han pasado de establecer a personajes episódicos a sentirse como... Poochies. Pero los episodios clásicos siempre estarán ahí como la misma serie se encargó de recordarnos de forma tan genial.

Próximamente, más reseñas de Los Simpson en Joróbate Flanders.

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