Falcon y el soldado de invierno: el regreso del Capitán América (SPOILERS)

abril 24, 2021

 



Tras apenas 6 semanas, ya tenemos disponible en Disney+ el final de su segunda producción Marvel, Falcon y el soldado de invierno, que, al contrario que WandaVision, parece haber sentado las bases de una futura segunda temporada. Una vez más, he de avisar que habrá SPOILERS, así que si no lo habéis visto, os dejo con Conway Twitty.





Como ya comentamos anteriormente en Joróbate Flanders, esta es una serie cuyo argumento era delicado, un tema que apenas se había tratado superficialmente en el primer acto de Spiderman lejos de casa: la difícil adaptación a un nuevo mundo en que, de un día para otro, millones de personas que habían quedado desintegradas por el chasquido de Thanos reaparecen como si nada tras 5 años.

En uno de los campos de refugiados que hay por toda la Tierra surge la figura de la joven Karli Mortenghau (Erin Kellyman) que, tras robar para sí misma y sus compañeros varios viales de una nueva variante del suero de supersoldado, fundan el grupo anarquista "Sin-Banderas", que reivindican la, según ellos, vida mejor que hubo en los años del "lapso".

Lejos de ser el típico antagonista de Marvel, Karli ha sido a lo largo de la temporada un personaje que se ha movido en una cierta zona gris, dejando en el protagonista la duda de si la suya es en el fondo la causa correcta: Sam Wilson "Falcon" (Anthony Mackie) quien descubre que uno de los vecinos de su antiguo barrio, Isaiah Bradley (Carl Lumbly) es un ex-militar que, tras recibir también dichos poderes, fue encarcelado tras luchar en Corea como único pago por sus servicios. La cuestión racial en EEUU está pues inevitablemente presente en toda la serie.




Aunque la trama de Bucky Barnes (Sebastian Stan) no llega a estar tan desarrollada (no es hasta este episodio final que su agenda vuelve a ser vista) ha sido de lo más interesante su obligada interacción con Sam, personajes que apenas se conocían hasta ahora pese a ser los mejores amigos de Steve Rogers (Chris Evans) , muy del estilo de producciones de los 80-90 como la saga Arma letal o Superdetective en Hollywood, así como la siempre intimidante presencia del intrigante Barón Zemo (Daniel Bruhl) que aunque, de nuevo detenido por los wakandianos y encerrado en "la balsa", su única escena en el 1x06 demuestra que aún tiene mucho que decir.




Es precisamente a través de Wakanda y su conexión con Barnes (siendo allí conocido como "Lobo Blanco") como recibe Wilson un nuevo uniforme que, además de tener unas alas propulsadas que le dan un toque más parecido a Iron Man, le permite asumir por fin su legado y convertirse en el legítimo nuevo Capitán América.




Pero por supuesto, John Walker (Wyatt Rusell) también sometido ya al suero y enloquecido por la muerte de su compañero y amigo Lemar Hoskins (Clé Benett) no está dispuesto a abandonar el escudo, formándose en este capítulo una espectacular batalla campal en varios frentes, por un lado entre ellos 2, y por otro el antiguo soldado de invierno contra Georges Batroc (Georges St-Pierre) quien ha sido reclutado por Mortenghau.

Tras el mayor alarde de presupuesto de toda la temporada (y quizá una de las mejores escenas de acción de todo el UMC) se desvela la sorpresa final: Batroc en realidad había sido infiltrado en los Sin-Bandera por el misterioso "agente de poder" que controla Madripoor, quien resulta ser la mismísima "agente 13" Sharon Carter (Emily VanCamp) cuyos oscuros planes aún no están claros.




Pero no es la única villana en la sombra, puesto que en la escena postcréditos del 1x05 aparecía su aparición por primera vez otro personaje habitual del comic, la condesa Valentina Allegra de Fontaine (Julia Louis-Dreyfus) que, con una aparente influencia sobre las altas esferas de EEUU, se gana la confianza de Walker otorgándole la nueva identidad de US Agent (o USAgente, término que no se ha mantenido en el doblaje) de cara a que "las cosas se pongan raras".




A la espera de saber qué significa todo esto (¿quizá lo que Nick Furia está combatiendo en el espacio?) puedo que Falcon y el soldado de invierno, sin ser una mala serie, no ha sido tan redonda como WandaVision, con una primera mitad demasiado lenta (quizá a causa de los problemas que la pandemia causó en el rodaje) así como una duración fija de 50 minutos, al contrario que su antecesora o The Mandalorian, cuyo metraje se ajustaba a lo que el guión pudiera dar de sí. 

A partir del 1x04 (quizá el mejor episodio) la serie ha ido de menos a más demostrando que el desarrollo de personajes no tiene que ir reñido con la buena acción, y unos cliffhangers que dejaban con ganas de ver más aunque sin llegar a las contínuas preguntas que nos generaban las sitcom de la Bruja Escarlata.

¿Tendremos nueva serie de Capitán América y el soldado de invierno, o habrá que esperar a futuras producciones, quizá de nuevo en la gran pantalla? Sea como sea, lo veremos en Joróbate Flanders.

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