Grandes placeres culpables del cine (1)

abril 05, 2019

Estrenamos nueva sección en Joróbate Flanders. Si en Juegos malos (o extraños) que deberías probar analizamos las virtudes y defectos de determinados videojuegos, aquí haremos lo propio con esas películas que quizá no son clásicos del cine pero siempre resultan divertidas de ver. Empecemos:


Armageddon


La película preferida de Borja Pérez


En 1998 fui al cine por primera vez. De forma un poco accidental elegimos ver Armageddon, el máximo exponente ese año de un género que vivió un curioso auge en la segunda mitad de los 90: el de las películas de catástrofes naturales, en este caso un gigantesco asteroide que puede suponer el fin de la humanidad, dirigida por Michael Bay y protagonizada por Bruce Willis, Ben Affleck y Liv Tyler.

Estrenada a la sombra de una película muy similar ese mismo año como es Deep Impact (con un extraordinario reparto formado entre otros por Robert Duvall, Morgan Freeman, Vanessa Redgrave y un joven Elijah Wood, y producida por Steven Spielberg) que posiblemente era más realista desde un punto de vista científico, esta fue no obstante la más exitosa de ese verano. 

 Hoy en día se le ven mucho más que antes las costuras, por ejemplo: ¿no sería más fácil enseñar a perforar a verdaderos astronautas? (algo con lo que ironizó el propio Affleck en los audiocomentarios del DVD) . Además, algunos personajes (como suele ser habitual en el cine de Bay) no resultan del todo correctos desde un punto de vista actual, como el estereotipado cosmonauta ruso al que interpreta el actor sueco Peter Stormare (al que algunos recordaréis como John Abruzzi en Prison Break) . El propio director reconoció años después que fue un rodaje problemático. 

Pero cuando la veo, no pienso en esto, sino en lo mucho que me divertí en su día, y como todavía hoy en día las más de 2 horas que dura se pasan volando, así como la gran banda sonora de Aerosmith, y su emotivo final que no spoilearé.







Pequeños guerreros


"El arma se saca para usarla, el que la saca para enseñarla es un parguela"




Con franquicias como Shrek, Dreamworks ha sabido crear, guste o no (reconozco estar entre los segundos) un reconocible estilo propio. Pero antes de eso, intentaron competir con Disney y Pixar con sus mismas armas con películas como Antz, La ruta hacia el dorado o El príncipe de Egipto, que fue la más exitosa llegando a tener una pseudoprecuela directa a vídeo, Joseph: rey de los sueños. Y por supuesto, también intentaron tener su propio Toy Story.

Bajo la dirección de Joe Dante (Gremlins) Pequeños guerreros (tras una escena inicial que recuerda vagamente a Robocop) nos muestra como unos contratistas militares que tienen división juguetera (sí, por qué no) deciden promover la creación de unas figuras llamadas "Comando Élite" que deben luchar contra unos extraterrestres llamados "los gorgonitas", que originalmente iban a ser un juguete educativo. 

Uno de los diseñadores, Larry Benson (Jay Mohr) decide usar para conseguir el máximo realismo unos chips experimentales diseñados para armas inteligentes, lo que hace que estos juguetes adquieran vida propia, viéndose involucrados en esta guerra Alan (Gregory Smith), su amiga Christy (Kirsten Dunst) y posteriormente sus respectivas familias, en una película de nuevo entretenida de ver, pero un tanto absurda por momentos.

Cabe destacar también que esta sería la última película de Phil Hartman (Troy McClure y Lionel Hutz en Los Simpson) antes de su trágica muerte.






Spiderman





Tras décadas de contínuos fiascos, por fin Marvel había encontrado en Blade su primer éxito en las salas de cine. Luego vino X-Men (de la que quizá hable en próximos artículos) y en 2002 por fin hacía su aparición Spiderman, que llevaba largos años pasando por las manos de diversos directores (incluso se llegó a hablar de James Cameron) para finalmente recaer en Sam Raimi, gran seguidor del personaje en su juventud. 

Como no podía ser de otra manera, esta es una película de orígenes, donde se nos muestra a un torpe y tímido Peter Parker (Tobey McGuire) enamorado de su vecina Mary Jane (Kirsten Dunst...sí, otra vez) a la que hace fotos durante una visita escolar a un laboratorio, sin darse cuenta que tiene debajo una araña mutada genéticamente (que no radiactiva como en el comic) que le pica dándole gran fuerza y agilidad, la posibilidad de escalar paredes y (este fue el cambio más controvertido, puesto que en el comic y la mayoría de adaptaciones son artificiales, con un efecto limitado) la habilidad de lanzar telarañas.

Inicialmente el ya conocido como Spiderman usa estas habilidades para conseguir dinero fácil ganando peleas de lucha libre. Pero el promotor se niega a pagarle (solo duró 2 minutos la pelea, y las condiciones eran resistir en 3) y, como represalia, se niega a detener a un atracador que le roba toda la recaudación, siendo después quien asesina a su tío Ben (Cliff Robertson) lo que le hace recordar sus últimas palabras, "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" convirtiéndose en un superhéroe, haciendo fotos de sus propias batallas que luego vende al periodista JJ Jameson (JK Simmons) que desconfía de los héroes enmascarados. Su peor enemigo es el Duende Verde, quien resulta ser  Norman Osborn (Willem Dafoe), el padre de su mejor amigo Harry (James Franco) sometido también a una mutación que le hace enloquecer.






¿Qué decir de esta película? Aunque Tobey hace un buen papel en el primer acto, luego no termina de dar la talla una vez se convierte en Spiderman (curiosamente lo contrario que sucedería con su "sucesor" Andrew Garfield, habiendo encontrado quizá Tom Holland el equilibrio acertado) y la interpretación de Dafoe como el villano Norman resulta un tanto sobreactuada, recordando por momentos al Batman de Adam West.

Por otra parte, los efectos especiales resultan un tanto toscos (aún para la época) y, en un tiempo en que se intentaba alejar en exceso en lo visual el cine de los comics que adaptaban (sí, Cíclope, yo sí quería un Lobezno con lycra amarilla) la armadura del Duende Verde que sustituye a su tradicional disfraz es demasiado ridícula. Con todo, sería injusto negar el gran legado que dejó. Sin esta trilogía, posiblemente no tendríamos el actual universo Marvel.



Go go Green Goblin... 🎼


Como siempre, podéis sugerir más películas en los comentarios. Dedicado a la memoria de Phil Hartman y Cliff Robertson.

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