Revisitando Los Simpson: El actor secundario Bob vuelve a las andadas

abril 28, 2019

"Un buen ´mahoke" para todos"


Llegó por fin el día de las que se presentan como las más reñidas elecciones de la historia de la democracia. Por supuesto, Joróbate Flanders no es un aburrido blog de politólogos, así que afrontamos esta decisiva cita a nuestra manera: analizando el episodio de más aguda crítica política de la historia de Los Simpson, que forma parte de otra de las temporadas más míticas de la serie, la sexta.




Bueno, aparte de este


El capítulo, como tantas veces ocurre (o lo hacía en esta época, ya que ahora se ha convertido en un gag recurrente el hecho de que ni vaya) empieza con Homer Simpson sin dar ni golpe en su puesto de inspector de seguridad del 7-G de la central nuclear de Springfield. 

La sutil diferencia es lo que de inmediato marca el tono de la historia: en un contexto (1994) en que el partido republicano ganó las elecciones al congreso de mitad de mandato por primera vez en varias décadas y por lo tanto tenían grandes expectativas de echar de la Casa Blanca a Bill Clinton (lo que finalmente no ocurrió) vemos como el cabeza de la familia de Evergreen Terrace se pasa el día escuchando el programa de Birch Barlow, un personaje que satiriza al polémico periodista conservador Rush Limbaugh, a quien quizá conozcáis de sus numerosos cameos en Padre de familia. Esto escandaliza a sus compañeros Carl Carlsson y Lenny Leonard (aunque luego en un episodio de la T15 salió con un tatuaje de la campaña de Bob Dole, precisamente el rival de Clinton en 1996) .





Evidentemente, esto no obedece a un repentino interés de Homer en la situación de su país, sino que Barlow resulta ser otro adicto a los donuts como él, algo que se ve irónicamente reforzado en el doblaje español con la voz de Carlos Ysbert, quien le dobla desde hace ya 18 años. Por su parte, la progresista Lisa también lo escucha mientras toma notas para un trabajo escolar, que, siendo que no vuelve a ser mencionado en todo el capítulo, parece ser un mero hilo conductor para uno de esos deliciosos momentos absurdos que tanto abundaban desde la T4: Bart dice estar haciendo un "trabajo de fuegos artificiales" como si se lo inventara sobre la marcha, cuando de hecho es cierto que Seymour Skinner le ha encargado esto, dejándole en evidencia ante unos directores chinos de visita en EEUU al prohibírselo Marge.



"Mal alumno" "Uh...mal director"



En una de estas veces que Homer está escuchando el programa para desesperación de Lisa (como digo, debió acabar rápido su estudio) esta reconoce en una llamada telefónica a Barlow la característica aguda voz de Robert Terwilliger (Kelsey Grammer) el malvado actor secundario Bob. Tras la entonces inevitable y algo innecesaria escena en que nos resumen sus crímenes anteriores, el antiguo humorista empieza, como en la temporada anterior  a recurrir a una de sus más peligrosas armas: su verborrea, esta vez en forma de proclamas republicanas (el propio Grammer lo es) que le presentan como un preso político ante la opinión pública, que exige su indulto al alcalde Joe "Diamond" Quimby hasta que este lo concede, lo que nos sirve a su vez para conocer por primera vez su nombre completo.







En el segundo acto vemos por primera vez el castillo tenebroso que sirve como sede al partido republicano en Springfield, quien decide por sugerencia, como no, de Barlow, presentar al actor a la alcaldía contra Quimby. Toda la parte de la campaña electoral resulta de lo más brillante, desde frases tan brutales como "(Quimby) es el menos malo de 2 malísimos" a Bob teniendo que aguantar una de las interminables historias del Abuelo Simpson (como siempre, los pequeños detalles que van estableciendo el conflicto sin darnos cuenta, como ya veremos) pasando por un anuncio electoral que satiriza los de George Bush en 1988, recurriendo Quimby a casi literalmente intentar dar pena.









El debate electoral moderado por Larry King (segundo cameo de este en la serie) ya hace sospechar que algo huele mal en todo el asunto: mientras que Barlow hace preguntas durísimas a Quimby, busca el chiste fácil de Bob a base de dar nombres de falsos concejales que supuestamente han cuestionado su nula experiencia política. Tampoco ayuda por otro lado el pésimo aspecto físico de Joe debido a un repentino resfriado, lo que de nuevo es una referencia a una verdadera campaña: dice la leyenda que en 1960 los que oyeron debatir a Richard Nixon y John F. Kennedy por la radio dieron por ganador al primero, mientras que los que por primera vez lo vieron en la incipiente televisión consideraron que lo había hecho el demócrata deslumbrados por su buena imagen.







Llega el día de los comicios, donde Krusty, en una nueva muestra de su falta de escrúpulos, vota a Bob con tal de pagar menos impuestos sin importarle que su antiguo compañero le hiciera ir injustamente a la cárcel. El actor secundario gana de forma arrolladora, y le vemos dar un peculiar "discurso" que es la enésima parodia que hace Los Simpson a la legendaria película Ciudadano Kane.






Por supuesto, de inmediato el alcalde Terwilliger empieza su segundo plan de venganza contra Bart Simpson, recurriendo esta vez a técnicas de guerra psicológica: no solo le hace volver a preescolar sino que su familia será desahuciada en pocos días del 742 de Evergreen Terrace, que será demolido para la construcción de la "autopista Matlock" que prometió a Abe y sus amigos.

Lisa, extrañada porque un ex-presidiario ganase (y otro sacase pocos votos, en otra genial frase) decide investigar un posible fraude electoral junto a Bart, recibiendo la inesperada ayuda de Waylon Smithers, quien traiciona a su amado jefe Monty Burns por primera vez porque, según explica, la política de Bob va contra su "estilo de vida". Como pista, le dice a Lisa que busquen a alguien llamado Edgar Neubauer.







No obstante, ese nombre no aparece en la guía telefónica, y cuando los 2 hermanos ya están prácticamente resignados a una precaria nueva vida, descubren por casualidad una lápida en el cementerio de Springfield: Neubauer había fallecido en 1909. Poco a poco ven que otros nombres figuran en la supuesta lista de votantes (pese a que las elecciones debían ser secretas) , incluyendo algunas mascotas como el gato Bola de Nieve I, lo que enfurece a Lisa.



"Muy bien, Bob, esto ya es personal" "¿Antes no? ¡Intentó matarme!"



Aunque Bart y Lisa consiguen llevar a juicio al nuevo alcalde, su autoridad intimida a toda la sala, empezando por el inefable abogado Lionel Hutz (Phil Hartman) . Cuando el juez Snyder (que aún era amarillo y no afroamericano) está a punto de dar el caso por cerrado, Lisa recurre a la arrogancia de Bob acusando a Barlow de ser el verdadero culpable en la sombra, lo que enfurece al ex-payaso hasta el punto de que lo confiesa todo siendo detenido de inmediato, por lo que la autopista Matlock es cancelada para enfado de Abe, Bart vuelve al cuarto curso, y Bob es encarcelado de nuevo, aunque incluso aquí los guionistas Bill Oakley y Josh Weinstein se permiten hacer una sutil crítica: si antes estaba en una prisión que claramente hacía referencia a la isla de Alcatraz, ahora, como político, está en una de mínima seguridad que ni tiene puertas.






Aunque, para la mayor parte del fandom, El cabo del miedo es el mejor capítulo del personaje, yo me quedo con El actor secundario Bob vuelve a las andadas. Cada chiste funciona mejor que el anterior, la crítica tanto a republicanos como a demócratas es de lo más ácida y acertada, y por lo general resulta divertido de ver. Junto con la primera parte de Quien disparó al señor Burns, diría que es mi preferido de la T6.

Próximamente en Joróbate Flanders, más episodios de Los Simpson.

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