Lo mejor que posiblemente te estés perdiendo de la televisión de pago (II)

noviembre 12, 2022

3 años después (sí, antes de cierto problemilla que hubo en China) vuelve a Joróbate Flanders nuestro repaso a esas producciones que, aunque pasen desapercibidas para el algoritmo de turno, no por ello resultan menos interesantes. Empecemos:

Electric boogaloo: la loca historia de Cannon Films (Filmin)




En los 80, las ventanas para el formato físico (el único que había más allá de las salas de cine) no eran tan breves como ahora. Eran los tiempos, como ya apuntamos en nuestro anterior artículo de opinión, del "¡por tiempo limitado!" de Disney y de piratería de muy baja calidad para suplir los 2 años que podían llegar a tardar en salir determinados títulos como ET.

En aquel contexto, los videoclubs se llenaron de cientos de saldos de cuestionable calidad y mucha acción desenfrenada con algo de erotismo. Los años dorados (?) de Chuck Norris, del ya veterano Charles Bronson, y otros de gloria más efímera como Michael Dudikoff y su trilogía de American Ninja (o, en nuestro país, "El guerrero americano") . Todo ello, además, salía de una misma productora.

Hablamos por supuesto del peculiar productor israelí Menahem Golan, que, tras arrasar en su país con la comedia adolescente Lemon Popsicle (que aquí algunos recordarán por las parodias que les hicieron los chicos de Muchachada Nui) decidió dar el salto a Hollywood junto a su primo Yoram Globus adquiriendo la hasta entonces semidesconocida productora Cannon Films.



Son muchas las surrealistas y delirantes anécdotas que se cuentan en Electric Boogaloo (que debe su título a la estrambótica secuela de uno de sus mayores éxitos de taquilla) desde su habilidad para vender películas de las que ni siquiera existía guión con tan solo un poster (que a menudo mostraban metralletas) a la ruptura profesional y personal de Golan y Globus que terminó con sendos estrenos sobre el baile de la lambada que fracasaron.

Pero lo que no mucha gente conoce son las pretensiones artísticas de Menahem, que soñaba con ganar en grandes festivales. Así, lo que ganaban con este tipo de producciones, lo invertían en directores de prestigio como Franco Zeffirelli (quien tiene las prácticamente únicas palabras elogiosas hacia ellos a lo largo del documental) o Jean-Luc Godard, con quien firmaron en una servilleta de restaurante. 

Lamentablemente, no parecían ser conscientes de su mala fama y nunca llegaron a crear un sello específico para este tipo de cintas, por lo que el logo de Cannon sentenciaba a todas estas películas sin llegar siquiera a verlas. Una de estas grandes incomprendidas fue El tren del infierno, thriller basado en un guión de Akira Kurosawa que valió a Jon Voight su tercera nominación al Oscar.

A la espera de que algún día exista por fin una forma legal de ver en España "The Go-go boys" (documental producido por los 2 primos tras renunciar al otro y que, como se apunta en los créditos, acabó por ver la luz unos días antes) Electric Boogaloo es una cita imprescindible en Filmin para los muchos seguidores que tiene el cine de los 80.



The toys that made us (Netflix)




¿Documentales sobre juguetes? Yo también me hice esa pregunta cuando en Twitter empecé a ver comentarios sobre esta serie. Pero, sorprendentemente, el tema tiene mucha más miga de lo que pueda parecer.

A lo largo de 3 temporadas, se nos narra la historia de franquicias tan populares como Barbie (que ayuda a entender cierto episodio de Los Simpson) Hello Kitty, Tortugas Ninja, Power Rangers o las figuras de Star Wars entre otras, con un montaje lleno de cierto humor irónico que recuerda al de los típicos realitys que solemos ver en la TDT.

El más interesante (dado su carácter autoconclusivo, no es necesario verla en orden) es el episodio de He-Man (con aparición del entonces CEO de Mattel, nada menos que Tom Kalinske) donde se reconoce abiertamente la improvisación rozando el morro total con el que se hizo la serie animada con tal de poder vender aquella línea de figuras que nadie era capaz de entender en un principio.



Si bien la buena acogida que tuvo esta serie ha dado pie a un no menos interesante spin off dedicado a cine, no es menos cierto que varios de esos títulos (Cazafantasmas, Regreso al futuro) ya cuentan con extras de lo más completo en sus respectivas ediciones físicas y no se aporta mucho más a lo ya conocido, así que se echa de menos que Netflix apueste por fin por una nueva etapa del documental principal, que aún podría dar mucho juego con, por ejemplo, la guerra entre Pokémon y Digimon.



Empire of dreams: The story of the Star Wars trilogy (Disney+)






Cuando a finales de los 90 hizo su aparición el DVD, desde el principio uno de los títulos más demandados fue alabado sea el simio la primera trilogía de Star Wars, que había gozado de numerosos relanzamientos a lo largo de los años en VHS y laser disc hasta llegar a la tan criticada remasterización de 1997 y los cambios que eso supuso en el ya de por sí enrevesado canon de la franquicia de George Lucas.

Durante años, Lucas aseguró que solo saldría un pack de toda la hexalogía, y los lanzamientos individuales de La amenaza fantasma y El ataque de los clones (cada una con un disco adicional con 4 horas de documentales, escenas eliminadas, etc) y la extraordinaria edición que recibió entre medias la entonces trilogía de Indiana Jones no hacían sino elevar más si cabe el hype.  Por fin, el director se echó atrás, y en octubre de 2004 (esto era, a solo 6 meses del estreno mundial de La venganza de los sith, que también recibiría un tratamiento similar) veían la luz en DVD los episodios IV, V y VI.



Superada la desilusión inicial (no era el montaje original que muchos reclamaban, sino un tercer remontaje que corregía parcialmente algunos problemas del anterior pero hacía otros controvertidos añadidos como la aparición de Hayden Christensen en El retorno del jedi) esta fue otra gran edición de las que ya casi nunca se hacen, con audiocomentario para cada película y documentales varios.

El más interesante de todos era sin duda Empire of dreams, que justificaba por sí solo esta edición con su duración de 2 horas y media, narrando al detalle la pre-producción y rodaje de los 3 films y los problemas que tuvo George Lucas inicialmente para conseguir que Fox apostara por ello tras el rechazo de, entre otros (sí...) Disney.

Con el tiempo, este pack fue desapareciendo de las tiendas para dar paso a ediciones individuales de cada una de las películas que, aunque en una calidad muy mejorable, por fin tenían los montajes inalterados a modo de extra en el disco 2. Tampoco se incluyó en las sucesivas ediciones posteriores que a partir de 2011 han ido llegando en blu ray, así que la única forma de verlo hoy en día (y además, reescalado a HD) es a través de Disney+. 

Aunque hoy en día se haya quedado algo anticuado con todas las producciones cinematográficas y televisivas actuales, y siendo un producto "oficial" no se profundice en temas delicados como el trato recibido por David Prowse (Darth Vader) que este narró en el documental español "I am your father", Empire of dreams sigue siendo más que recomendable para incondicionales de la saga.



Como siempre, podéis hacer más recomendaciones en los comentarios.

Te recomendamos leer

0 Comentarios