Política y ficción (SPOILERS)

enero 17, 2020





Hace una semana acabó el gran culebrón: tras más de 200 días desde las inútiles elecciones de abril de 2019, el socialista Pedro Sánchez conseguía finalmente ganar por primera vez una sesión de investidura por tan solo 2 escaños en lo que supone el primer gobierno de coalición de la actual democracia española.

Por supuesto, Joróbate Flanders no es un blog político, así que afrontamos este acontecimiento a nuestra manera: citando a algunos de los personajes más interesantes que la ficción ha dado en torno a tan controvertida profesión. Eso sí, habrá spoilers, así que no pasa nada si no queréis leerlo, y mientras podéis por ejemplo felicitar a Nintendo por su originalísima elección del quinto personaje del fighter pass de Smash Bros.


David Palmer (24)




Empiezo con una serie de la que reconozco que no he hablado tanto como me gustaría. En la primera de las 9 temporadas (más una olvidable TV Movie) que tuvo 24, unos terroristas serbios pretenden asesinar al candidato presidencial demócrata afroamericano (sí, adelantándose 7 años a Obama) David Palmer (Dennis Haysbert) utilizando para ello al agente federal Jack Bauer (Kiefer Sutherland) cuya familia ha sido secuestrada. 

Una vez es salvado y gana las elecciones, entre Bauer y Palmer va surgiendo una estrecha amistad, que le hace moverse en una cierta zona gris ante los métodos, ejem... no siempre legales del agente de la CTU, así como las numerosas intrigas en las que se mueve su manipuladora ex-esposa Sherry (Penny Johnson Gerald) . Incluso llega a interrogar por su cuenta al director de la NSA por sospechas (que Bauer demostró que eran fundadas) de su participación en un intento de ataque nuclear. 

El asesinato de Sherry a manos de la mujer de un mafioso le hace renunciar a la reelección, y finalmente un nuevo ataque acaba también con su vida en la quinta temporada en un complot en que está metido su propio sucesor republicano Charles Logan (Gregory Itzin) ¡Y luego dicen de la ideología de 24!






Salvador Martí (El ministerio del tiempo)




Y de nuevo toca hablar de una de mis series españolas preferidas. Tras una infancia difícil, Salvador Martí (Jaime Blanch) conoce en los 70 a Adolfo Suárez entrando en su círculo más cercano, gracias a lo cual consiguió entrar y con el tiempo dirigir la secreta institución del Ministerio del tiempo, ocupado de que la historia de España, con todas sus luces y sombras, se mantenga como está. 

Con un carácter afable no exento de cierta ironía brugueriana (aunque a menudo la arrogancia del Diego Velázquez interpretado por Julián Villagrán le haga perder la paciencia) de nuevo Martí es un personaje que, al contrario que su estricto segundo al mando Ernesto Jiménez (Juan Gea) suele dar cierta manga ancha en el incumplimiento de las normas siempre y cuando sus agentes sean fieles al ministerio y no lo pongan en peligro, como el sacar objetos de otras épocas o las visitas de Julián Martínez (Rodolfo Sancho) a su mujer muerta. 

Llegué incluso a pensar que podía llegar a ser el verdadero villano de la serie cuando al final de la T1 le confiesa a Ernesto que fue él quien dejó escapar al traidor Armando Leiva (José Antonio Lobato) siendo paradójicamente él uno de los que más cerca ha estado de provocar su destrucción sin que sus agentes lo sepan. Todos son contingentes en El ministerio del tiempo, pero Jaime Blanch es necesario.






Joe Diamond Quimby (Los Simpson)


"¡Ya no soy analfabeto!"


Y por supuesto no podía faltar un personaje de Los Simpson, en este caso el alcalde de Springfield, que es una doble crítica tanto a la corrupción política como a la pasividad que con cierta frecuencia la vive el electorado. 

Un caso particularmente extremo de ello se da en la cuarta temporada ("Krusty es kancelado") cuando reconoce haber usado fondos públicos para eliminar a rivales y a continuación lo justifica diciendo "¡soy un chico muy perverso!" la frase del popular títere Gabbo, lo que le hace conseguir la reelección por amplio margen. También se le conocen sobornos al jefe de policía Clancy Wiggum y tratos con la organización mafiosa de Tony el Gordo.

Pero lo verdaderamente interesante no es esto sino que, en numerosos detalles como sus orígenes de Boston, su aspecto físico e incluso la peculiar dicción en la VO de Dan Castellaneta le convierten en toda una parodia del clan Kennedy, algo que alguno de ellos aceptó con humor. Que una serie de los 90 se permitiera hacer algo así es solo una muestra más de como Los Simpson en su momento de apogeo fueron incluso más geniales de lo que podamos imaginar.







Como siempre, podéis sugerir otros personajes en los comentarios.

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