Cine en televisión

septiembre 02, 2018

Él sí sabría elegir entre el perro y el niño


Aunque hoy en día se sienta casi como un relleno para etapas vacacionales de menor consumo, el cine ha sido durante años una pieza clave de la parrilla televisiva, al menos en España.

Clásicos como Casablanca, Ciudadano Kane, Centauros del desierto...se emitían en prime time sin que nadie se sorprendiera por ello, al contrario, la gente las esperaba con impaciencia (en tiempos de monopolio televisivo en los que no existía la contraprogramación, se publicaba en prensa la lista completa de las películas que se emitirían en TVE a lo largo del mes) para poder grabárselas en su flamante VHS o Beta.

Y en 1989 llegó la gran polémica. Ted Turner, el millonario dueño de CNN, empezó a usar técnicas de coloreado de películas en blanco y negro, y TVE y TV3 (una de las pocas autonómicas ya existentes en ese momento) anunciaron la adquisición de estas cintas. Aunque una buena parte del público vio esto con buenos ojos, los cinéfilos y los directores no estaban de acuerdo con esta manipulación del original. Pero, ¿acaso esto era lo único que había sufrido el cine en televisión, aunque fuese visualmente hablando lo más impactante?
Sí, también Los Simpson parodiaron esto (Bart el amante, decimosexto episodio de la tercera temporada)


De los redoblajes ya hablaré en otra ocasión así que no entraré en detalles. La publicidad es un mal necesario, siempre y cuando no corten a mitad de las frases, como más de una vez ha hecho Antena 3 con Los Simpson, por ejemplo. Inclusive puedo llegar a entender que corten los créditos mientras mantengan las escenas posteriores que cada vez más producciones incluyen.

Lo peor no era esto, sino que, para "caber" en los antiguos televisores de tubo, se recortaban las películas a 4:3, lo que suponía importantes pérdidas de imagen, sobre todo en producciones filmadas en 2.35:1 o scope.

Afortunadamente esta práctica ha ido desapareciendo con el auge del HD y las televisiones panorámicas (ahora se pasan las series filmadas antes de 2009 a 16:9, pero ese es otro asunto), sin embargo ha surgido una nueva "moda".

El pasado 17 de agosto estuve viendo en A3 John Wick, recomendable thriller de acción con Keanu Reeves que a día de hoy no está en formato físico en España dado que ni siquiera llegó en su día a cines y por tanto no se dobló hasta que la incipiente Netflix la compró en 2015.

Noté una extraña aceleración en algunas escenas, que yo pensaba que era cosa de su estética "videoclipera". Pero en Twitter y blogs más gente empezó a quejarse, y profundizando más también vi comentarios al respecto sobre títulos de la talla de Jurassic Park o El quinto elemento.

Como si de un televisor con el "tru motion" encendido se tratara, han empezado a emitir las películas acelerando el número de fotogramas por segundo. Eso, que intenta aportar mayor nitidez, crea no obstante un molesto "efecto telenovela", la sensación de estar filmada con peores medios de lo que está, como por ejemplo una cámara de televisión.

Entiendo que, a fin de cuentas, la televisión es un negocio, y se busca la rentabilidad. Pero por favor, no lo hagáis a costa del trabajo de creadores o directores de fotografía.

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